Después de una larga búsqueda de opciones para calmar su melena, Gregorina finalmente alcanzó su objetivo.
La extrovertida Gregorina, personaje principal del libro “El cabello de Gregorina,” ha anunciado que por fin sus rizos sucumbieron a la forzosa dirección vertical de un peine y una crema alisadora. La joven explicó que finalmente se puede hacer su moño para fiestas o una bella cola de caballo que se mueve de izquierda a derecha y de derecha a izquierda al gracioso caminar de la fémina.

A pesar de la belleza de su pelo después de tal esperado tratamiento, Gregorina expuso, que el tener el pelo largo, liso y suelto es incómodo por producir calor y sudor en el cuello constantemente. Visualmente afectada, Gregorina añadió, que ha tenido que disminuir la frecuencia de sus entretenidos viajes a la playa a consecuencia de los arreglos posteriores que conllevan las visitas. Explicó que el sol y el agua salada son los enemigos primordiales de la queratina. Estos, en pocos días, afectan el alisado y los rizos vuelven a apoderarse de los cabellos perdiendo lucidez y suavidad.
Entonces para no disminuir la duración del tratamiento, Gregorina ha estado obligada a reducir la frecuencia de las zambullidas al mar, utilizar un sombrero para parar el ataque del sol a las fibras capilares, al igual el uso de un protector solar térmico y lavar su cabello con productos que contengan bajo porcentaje de sal para no enjuagar el planchado en pocas lavadas. Según los precios requeridos en la peluquería, “Mario te estira el rizo,” lugar que Gregorina visita periódicamente para sus arreglos personales, el costo del un alisado de queratina oscila entre los $325 y $500 dependiendo del largo de la cabellera.
Después de hacer un detallado estudio de su presupuesto anual, Gregorina gastaría alrededor de $1,000 entre el tratamiento y el mantenimiento de este. Por consiguiente, Gregorina está seriamente pensando dejar el alisado y volver a tener sus cabellos rizados para bajar la cantidad de trabajo y costo que produce el mantener su cabello desrizado gracias a productos químicos utilizados en los salones de belleza. Detalles de la graciosa historia de este personaje lo podrán leer en el cuento “El cabello de Gregorina” y sus nuevas aventuras estarán plasmadas en sus nuevos libros.